Educación del cahorro

La educación del cachorro tiene como objeto la correcta integración, maduración y eficacia dentro de su grupo social.

Después del periodo de socialización (4ª a 12ª semana) el perro tiene que aprender a dormir en su sitio, a hacer sus necesidades en el lugar adecuado, jugar y relacionarse con otros perros y es también muy importante enseñarle a respetar los límites sociales y cual es su lugar en la jerarquía.

Para poder establecernos como su guía primero tenemos que ganarnos su afecto. Debe incluirnos en su grupo social, no se puede ser dominante con un elemento ajeno a dicho grupo.

No se puede castigar al cachorro por no aprender acciones concretas (sentarse, tumbarse,…), pero sin embargo es absolutamente necesario hacerlo cuando no respeta los límites sociales. Los castigos deben ser los equivalentes a los de su madre: Coger del pellejo y zarandear ligeramente, dar un empujón brusco con la mano… Nunca golpes dolorosos o tirones de la correa.

El perro debe explorar su entorno, pero si explora sitios prohibidos o peligrosos debemos cogerlo (sin castigo) y llevarlo a la zona donde pueda estar. En este tema no debemos caer en la sobreprotección, de forma que el cachorro no sufra ninguna mala experiencia, ni tampoco dejarle a su aire pase lo que pase.

Jugar con el cachorro, darle afecto, seguridad en si mismo y en nosotros y castigos jerárquicos correctos son la base para cualquier adiestramiento.

SOCIALIZACIÓN:
socializacion

Es muy importante que el cachorro conozca diferentes lugares, personas, perros y otros animales,… Cuantas más experiencias de este tipo reciba mejor, pero la exposición a estos estímulos debe ser gradual y debería continuar toda la vida del perro.

 

 

 

LIDERAZGO:
Debemos dejarle claro que nosotros somos los dominantes. Esto es necesario por dos motivos:
– Es lo que de forma natural ocurriría en la camada.
– En este momento no es necesario entrar en conflictos serios con el perro y disminuiremos en gran medida el riesgo de enfrentamientos posteriores y de intentos del perro de alcanzar la posición dominante.

liderazgoExisten una serie de acciones equivalentes a las naturales que nos darán un sano liderazgo sin atemorizar al perro ni mermar su autonomía:
– Ponerle la comida después comer nosotros.
– Comer en una mesita baja algo que al perro le resulte apetitoso y cuando se acerque a intentar robar un bocado le empujamos sin decirle “no” ni prestarle atención luego.

Repetiremos hasta que deje de molestar. Al terminar de comer le ignoramos salvo que se nos acerque, entonces jugamos con él:
– Debemos ser nosotros quienes iniciemos y terminemos los juegos de «peleas».
– Enseñar la orden FUERA. En situaciones en las que es lícito echar al sumiso (cuando estamos descansando en nuestro sitio, cuando insiste en jugar con nosotros o cuando estamos comiendo) le empujaremos y diremos FUERA en tono serio, también podemos echarle asiéndolo de la piel y alejándolo de nosotros bruscamente. Esto solo debemos hacerlo a veces (excepto con la comida), pues es lo que haría su madre en la camada. El perro debe entender desde el primer momento que el dominante le puede o no prestar atención, esto en realidad aumenta las expectativas del perro y le hace valiosa la atención que le prestamos.

Cosas que no hay que hacer:
– Castigarle con el collar o la correa.
– Castigarle por no aprender acciones.
– Ser inconsistente con el castigo.
– Causarle dolor físico.
– Causarle un shock emocional (exageración de gritos, …)
– Darle mucha importancia a su mal comportamiento.
– Mantener una actitud enfadada tras el castigo.
– Castigarle por cosas pasadas.
– Aplicarle castigos incomprensibles.
– Castigarle para que aprenda a hacer sus necesidades.

MANIPULACIÓN:

Debemos conseguir que el perro acepte ser manipulado. Debe entender tres tipos de manipulación: castigo jerárquico zarandeándole, el juego y la manipulación como guía. La manipulación es esencial para que el perro se deje curar, cepillar, bañar, limpiar los dientes, quitar de la boca algo que no deba comer, etc.

ENSEÑANZA DEL «NO»:

Debe significar para el perro “eso que estás haciendo es incorrecto”. Según el tono en que lo digamos será, informativo o incluso una prohibición con efecto de castigo jerárquico. La corrección adecuada, cuando aparezca la acción ilícita, es un golpe seco en el hocico que sorprenda al perro (no debe ser doloroso).

Lo más importante al principio de esta enseñanza es cortar la acción por la sorpresa y brusquedad de la corrección asociada al comando. No debemos enfadarnos ni zarandear al perro en esta primera enseñanza, pues daríamos al comando un significado exclusivamente de castigo, limitando la posibilidad de usarlo para informar al perro de que ha hecho una elección incorrecta. Cuando el perro abandona la acción está sorprendido y dudando si asustarse, es el momento de, sin que se de cuenta, desviar su atención hacia otra cosa. Así evitamos que aparezca miedo y que vuelva a actuar como no queremos. Cuando ya entiende que el comando NO significa dejar de hacer lo que está haciendo, sí podemos y debemos usar pautas dominantes asociadas al comando para que aprenda su uso autoritario. En esta segunda fase sí podemos zarandearlo o darle un empujón brusco. La mala enseñanza del NO es la primera piedra para la tiranización de un perro y de adiestramientos posteriores con actitudes sumisas y de falta de confianza en el guía. Debemos tener muy presente una norma importantísima: “Primero enseñar y luego ordenar”.

«ENTRENAMIENTO» AL TRANSPORTIN, JAULA…:

Es importante enseñarle lo antes posible a permanecer tranquilo y relajado dentro de una jaula. Si el perro ha sido correctamente habituado a ella, la verá como un lugar privado y, dada la ausencia de estímulos, una cámara de relajación. Además ayuda a prevenir la ansiedad por separación.

transportinPara el adiestramiento general tiene dos usos importantes: En trabajos de time out y para tener un lugar donde aislar al perro si se pone muy pesado o si nuestro humor hace previsible que nos vayamos a enfadar con él por cualquier tontería. También es muy útil para aislarlo de visitas que tengan miedo.

Lo ideal es que el perro entienda la jaula como su habitación privada para poder retirarse a descansar.

Cómo habituarlo: Es normal que al principio llore o intente salir. Debemos dejarle salir cuando deja de llorar, nunca cuando gimotea, si el perro no deja de llorar podemos hacer un ruido que le llame la atención y cuando se calle brevemente para atender al sonido abrimos la jaula.

En cachorros es ideal agotarles físicamente para que se duerman enseguida. No debe permanecer en la jaula más de 4 ó 5 horas seguidas. El abuso de la jaula, aparte de éticamente discutible, nos puede dar perros hiperactivos al salir, mala relación con el cachorro y patologías del comportamiento.

NECESIDAD DE EJERCICIO:

ejercicioCubrir esta necesidad ayuda al buen desarrollo del cachorro, teniendo en cuenta que jugar con otros perros y con nosotros además le ayuda a mejorar su coordinación, equilibrio y destrezas motoras.

Un cachorro ha hecho ejercicio suficiente si al volver del paseo se tumba a dormir. Si durante el paseo se acuesta o para jadeante estamos sobreejercitándole, esto es inconveniente, en especial en razas grandes.

El tiempo empleado en generar una relación sana y de confianza en esta etapa es una inversión de futuro que permitirá al perro avanzar más rápido y seguro en su adiestramiento. Construiremos una base sólida que cimentará todo el trabajo posterior, evitando la aparición de conflictos indeseados entre perro y guía.

 

CÓMO ENSEÑAR AL CACHORRO A SER LIMPIO EN CASA

Lo primero es dejar a su perro en su “sitio controlado”: en un sitio céntrico de la casa, la cocina o el salón, haga un cercadito con vallas para bebés, ponga una jaula o un transportín grande. En un rincón ponga la cuna del perro, con los juguetes, la comida y el agua; deje como un paso, y cubra el resto del suelo con papel de periódico.

limpioDurante los primeros días, nunca regañe al perro por hacer pis fuera de sitio. Piense que no puede saber que lo que hace está mal, y lo único que haríamos es confundirle. Vigile al cachorro, y cuando parezca que quiere hacer algo, llévelo a los periódicos. Si lo hace, premie con un trocito de comida y felicítelo efusivamente. Los cachorros suelen tener ganas al despertarse, 15 ó 30 minutos después de comer, y después de jugar un rato. Vigílelo más de cerca en estos periodos, para poder premiar el máximo de veces posible. Cuantas más veces premie, más rápido aprenderá.

Justo después de hacerlo, puede dejarle corretear por casa, aproveche para jugar un rato con el cachorro, ahora que está seguro de que no se va a hacer nada fuera de su sitio. Cuando acabe de jugar, vuelva a ponerlo en los periódicos. Cuando vaya a dejar al cachorro solo, déjelo en su sitio de control. Así no podrá destrozar nada, ni hacer pis fuera de su sitio.

A partir de la primera semana, que su cachorro ya ha aprendido que si va al periódico tiene premio, puede empezar a regañarlo cuando se haga fuera. Basta con levantar al cachorro mientras se dice un “NO” fuerte. Entonces coja al perrito y llévelo a los periódicos.

Si usted llega a casa, y ve que se ha hecho pis, no haga nada. Lleve a su cachorro a otro lugar, y límpielo fuera de su vista. El perro no relacionará el castigo con el pis, ni aunque lo lleve hasta él y le frote el morro encima. Sólo conseguirá que su cachorro le coja miedo, y deje de hacer pis delante de usted, aunque sea en el sitio correcto, y así no lo podrá premiar. Además, cuando comience a bajarlo a la calle, no querrá hacerlo con la correa puesta, porque le dará miedo.

paseoCuando pueda comenzar a sacarlo a la calle, ha de repetir estos mismos pasos, solo que en vez de llevarlo a los periódicos, sáquelo a la calle. Llévelo atado, dé pasitos pequeños y deje que olisquee todo lo que quiera hasta que lo haga todo, premie efusivamente, y luego ya puede soltarlo, jugar con él… así le estará premiando más fuertemente su conducta, y el perro hará sus cosas rápido para comenzar a jugar antes. Si su perro aprendió a hacerlo en hojas de periódico, a lo mejor se tiene que bajar una hoja los primeros días, para que relacione. Tenga mucha paciencia, porque los cachorros en la calle se distraen con cualquier cosa, y puede que le lleve su tiempo acostumbrarse a hacerlo fuera.

CONTROL DE LA CONDUCTA HIGIÉNICA

El cachorro, que no ha bajado durante el periodo de vacunación a pasear, no tenía más posibilidad que hacer sus necesidades en la casa y ha aprendido un lugar en esta como sitio correcto (p.e. los periódicos). Cuando salen a la calle y tienen ganas de hacer algo se aguantan hasta poder acceder al lugar aprendido. Esto es fácil de solucionar.

Sacaremos al perro cuando creamos que tiene ganas de orinar y/o defecar, normalmente al poco de haber comido o al despertarse. Al cabo del rato volvemos hacia casa. El perro que se estaba aguantando se dispone a llegar para poder aliviarse, pero cuando estamos en la puerta nos damos la vuelta y volvemos al paseo, al rato repetimos esta operación: el perro no podrá aguantar la predisposición que le genera estar a punto de llegar a casa y hará sus necesidades, momento que aprovechamos para premiarle.

Cuando el perro ya haga sus necesidades indistintamente en casa (periódicos) y durante el paseo le cerraremos el acceso a los periódicos. Nunca deben quitarse mientras el perro aún no hace nada en el paseo pues intentará seguir haciéndolo donde siempre y terminará haciéndolo en el lugar más cercano al que le hemos quitado.

Castigar al perro solo es útil si le cogemos in fraganti y el castigo adecuado es cortar el acto levantando al perro y dando una voz. Restregar el hocico del perro en sus deposiciones es antihigiénico, antieficaz y mezquino.

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN. Pautas para evitarla.

Antes de irnos:
– No despedirnos del perro, pues generamos una expectativa de relación que frustramos bruscamente al marchar.
– Ignorarlo un rato antes de irnos (bastan 15 minutos)
– Poner juguetes interactivos (tipo kong) repartidos por la casa o lugar donde lo dejemos.
– Agotar al perro antes de realizar salidas largas.
– Ponerle la comida al irnos.

Cuando volvemos:
– No hacer caso a sus saludos.
– Retirar los juguetes interactivos.

En casa:
– No dejar que nos siga a todas partes.
– Enseñarle a permanecer quieto tumbado hasta que se relaje y mantenerle así frecuentemente durante las reuniones familiares (fuera del núcleo de acción social).
– No premiar con cariño, juego o comida actitudes dependientes como apoyarse en nuestro regazo.

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